Durante la Edad Media, los castillos fueron el elemento principal de la articulación económica y social: eran el símbolo del poder de los señores feudales y una herramienta al servicio de los intereses de la nobleza. Levantado en la década de 1240 por el arzobispo Xoán Arias, el castillo de Rocha Forte fue concebido como baluarte militar pero también como residencia.
Su localización es una de las cosas que, posiblemente, suscite más curiosidad. El castillo fue erigido en un valle, cerca del río Sar y de Rego do Vilar, y no en algunha de las montañas que circundan Compostela. Esta ubicación no es, desde luego, accidental, y responde a las necesidades estratégicas que el señorío de Santiago tenía en aquel entonces.
Hay pocos estudios acerca del rol económico y social que desempeñaban los castillos en Galicia en la Edad Media, más bien, existe un gran vacío informativo. Ya solo el pleito Tavera-Fonseca recoge cerca de cien fortalezas o torres en la comunidad gallega, pero tenemos un conocimiento muy parcial de ellas. Incluso de los ejemplos más conocidos, carecemos de publicaciones exhaustivas sobre todos los trabajos realizados.