Apenas contamos con documentación escrita y con restos arqueológicos que nos remitan a los orgíenes del castillo, por lo que resulta bastante complejo intentar reconstruir su fisionomía original. Probablemente fue el arzobispo Xoán Arias quien mandó construir esta residencia fortificada, en el marco de un boom constructivo que conllevó también el inicio de las obras de una frustrada catedral gótica y la reforma del refectorio de Xelmírez. A diferencia de los arzobispos siguientes, Xoán Arias no contó con cronistas que testimoniasen sus acciones de gobierno.
Las excavaciones proporcionaron pocas piezas adscribibles a la segunda mital de s. XIII y a su configuración inicial, excepto unas monedas de Alfonso X El Sabio y el capitel que vemos en la imagen. Se trata de una pieza ornamental que sigue el modelo estilístico implantado por la escuela del Mestre Mateo y que tuvo una larga pervivencia en Galicia hasta casi la llegada del Renacimiento.
Desde el punto de vista de la Historia del Arte, el castillo de Rocha Forte muestra el conflicto entre la tradición románica gallega y la innovación que conllevó la llegada del estilo gótico. De hecho, la fortaleza puede ser considerada como uno de los grandes castillos góticos de la Península Ibérica.